Alemania se encuentra en una situación económica estable tras la crisis global de 2008, pero necesita incrementar sus inversiones y su productividad con el fin de fortalecerla y garantizar la cohesión social, además de apostar por la integración de los refugiados.
Estas son las principales conclusiones del estudio de 2016 sobre la economía alemana de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentado ayer en Berlín por su secretario general, Ángel Gurría.
Alemania "se ha recuperado bien de la crisis más grave de nuestros tiempos", subrayó Gurría, quien recordó que si su economía creció el año pasado un 1.4% y este año lo hará un 1.3%, en 2017 se espera avance un 1.7%.
Pero "a pesar de su elevada competitividad, el crecimiento en materia de inversiones es inferior a la de otros países" de la OCDE y también el de la productividad laboral ha disminuido, sobre todo en el sector servicios.
El informe destaca la solidez en materia de exportaciones y que Alemania debe aprovechar sus fortalezas.
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