La falta de proyección de la actividad económica del país pone en riesgo la capacidad del Estado para desarrollar las inversiones en obras públicas y sociales, advierten economistas.
A lo anterior, agregan una deficiencia en la recaudación de los ingresos y el silencioso crecimiento de la deuda pública.
Así reaccionan los especialistas al último informe de Marco Fiscal de Mediano Plazo del Sector Público No Financiero (SPNF), presentado recientemente por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que muestra para el 2016 una deuda pública por el orden de los $21,815 millones, lo que representaría el 40% del producto interno bruto (PIB) del país, que para este año el Gobierno estima que crecerá en 6.3%, es decir, $53,869 millones.
Para el economista, Raúl Bethancourt, este incremento en la deuda pública se debe a que los ingresos corrientes del Gobierno han dejado de ser suficientes para sufragar los gastos.
Según el documento, los gastos totales del Estado estarían este año por los $9,284 millones, unos $1,615 millones por encima de los $7,669 millones de los ingresos corrientes que espera recaudar para este periodo.
Esto, según Olmedo Estrada, presidente del Colegio de Economistas de Panamá, se atribuye a la deficiencia en políticas de recaudación de los ingresos.
Para el especialista, la situación es más preocupante cuando tras dos años de Gobierno aún se desconocen totalmente los planes estratégicos de inversión del Estado.
Indicó que mientras la población reclama obras urgentes en temas como agua y viabilidad, que afectan su calidad de vida, la velocidad de las obras son extremadamente lentas.
Indica que el Estado panameño no solo ha fallado en la planificación de las obras, sino también en la ejecución de su presupuesto de inversión.
Adicional al impacto que pueda tener el nivel de endeudamiento en la población, para Estrada lo preocupante es que el Estado esté rebasando los límites.
Advierte que manejar una deuda con respecto al PIB por debajo del 35% es saludable, pero cuando pasa de este porcentaje denota un país cada vez más endeudado y que para salir le costará más trabajo.
Según el economista, no se justifica un aumento de la deuda, cuando la economía crece de forma sostenible.
No obstante, la situación sería aún más compleja si se toma en cuenta que la estimación de crecimiento del país por parte del MEF no ha sido cónsona con la realidad, lo que podría generar que la deuda llegue a representar al final de este año incluso más del 40% del PIB.
En el 2015, la proyección de crecimiento del Gobierno estuvo por encima del 6%, sin embargo, el crecimiento real fue de 5.8%.
A esto, Bethancourt agrega que se debe tomar en cuenta la desaceleración a nivel internacional, que de una u otra forma repercute en Panamá y los efectos del fenómeno de El Niño, lo que podría reducir los ingresos del Estado.
Igualmente, los economistas destacan los compromisos del Estado en transferencia y subsidios, que en el año 2015 sumaron $446 millones, 2.3% del total del presupuesto, montos que se restarían de los ingresos y con lo destinado a pagar la deuda dejarían menos dinero para cubrir las necesidades de la población.
A pesar de lo anterior, Bethancourt no considera que el país esté en un nivel de la contingencia del gasto, aunque no descarta que en los próximos meses, producto del comportamiento de la economía y los efectos que puedan tener el escándalo internacional de los papeles de Mossak Fonseca, se puedan generar situaciones como la fuga de capitales y la disminución en la inversión extranjera.
Ambos economistas coinciden en que el Estado debe priorizar las inversiones, dejar la parte mediática y concentrarse en la solución de los problemas que tiene el país.
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