La entrada de una veintena de tractores en la emblemática plaza de Syntagma, sede del Parlamento griego, simbolizó ayer el amplio rechazo social, en su mayoría de agricultores y autónomos, a la reforma de pensiones que el Gobierno negocia con los acreedores internacionales del país.Estos veinte tractores fueron los únicos a los que la Policía permitió la entrada en Atenas y acompañaron a las 10 mil personas, según la Policía, que se concentraron a las puertas del Parlamento.Allí les esperaba una multitud emocionada que entre aplausos y gritos de ánimo se concentró para exigir al Ejecutivo de Alexis Tsipras la retirada del plan que supone una subida de las cotizaciones y un aumento de los impuestos.Entre eslóganes de "No a las medidas que acaban con los agricultores" o "En vez de acabar con los rescates, destrozáis a los agricultores", algunos de los manifestantes vertieron botellas de leche.
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