El jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Marcos Peña, afirmó ayer que hay "indicios claros" de que la inflación bajó "significativamente" en julio con respecto al mes anterior y que se situó entre el 2.3% y el 2.5%, aunque pidió esperar a los datos oficiales.
En una entrevista con la radio local La Red, el dirigente aplaudió este dato como un signo de que la economía argentina va "en la buena dirección" y se mostró esperanzado en que la progresiva baja de la inflación en los próximos meses facilitará la creación de empleo a lo largo del año que viene.
"No están los datos, pero hay un consenso de que se situó entre el 2.5% o el 2.3%, aunque vamos a esperar al Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos)", aseguró, a la vez que opinó que una bajada brusca de la inflación no sería buena para la economía.
Peña hizo una extensa valoración de la gestión económica del Ejecutivo de Mauricio Macri en los últimos meses y rechazó que estén gobernando "para los ricos", ya que, defendió, implementaron una tarifa social y aprobaron la devolución del IVA para los sectores más vulnerables, que, dijo, "ya empieza a funcionar".
"Es un latiguillo fácil para quienes tienen algún prejuicio con el Gobierno, pero la realidad no indica eso", insistió el funcionario, quien reconoció que el momento económico es "difícil", pero que se debe a una "transición", al tiempo que expresó que la sociedad tiene "esperanza" en que las cosas van a estar mejor.
Así, reiteró que la recuperación de la economía es un camino gradual durante cuatro años para detener una "crisis" que estaba "latente pero no explícita" y aseguró que el coste social sería "aún mayor" si no hubiesen aplicado el ajuste económico durante los primeros meses de Gobierno.
En esta línea, se refirió a los fuertes aumentos en las tarifas de la luz, el agua y el gas que acometieron en el primer semestre del año y volvió a subrayar que se deben a la crisis energética en la que dejó el país el Gobierno anterior, encabezado por la presidenta Cristina Fernández (2007-2015).
Sobre las palabras de la expresidenta, quien argumentó que el Gobierno "saca todos los días un conejo de la galera para distraer a la gente de la situación económica", en referencia a los causas judiciales que la afectan tanto a ella como a miembros de su Ejecutivo, Peña defendió una Justicia independiente.
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